Desde hace varios años, el pudding de chía es uno de los desayunos que más triunfa en casa. Primero porque todos lo podemos comer: tenemos un celiaco y un alérgico al pescado, pero también porque está buenísimo.
Además, a mi me gusta porque lo hago por la noche, lo que me deja más tiempo por la mañana para no tener que ir con prisas- además es saludable, está muy rico y es saciante sin dejar sensación de pesadez.
A mis hijos les encanta porque es como si estuvieran comiendo un postre para desayunar, y porque se lo puedes personalizar muy fácilmente.
La receta básica que siempre utilizo es de Minimalist Baker.
En su receta utiliza:
1 parte de de semillas de chía
3 partes de leche vegetal (a mi me gusta de avellana o macadamia)
1/2 parte de cacao en polvo (sin azúcar añadido)
sal (un pellizco), extracto de vainilla, canela y sirope de arce para endulzar (pero muy poquito, que no deja de ser azúcar)
Después de mezclarlo todo bien, lo puedes meter en la nevera durante por lo menos 8 horas. Yo lo dejo toda la noche.
Por la mañana lo bato con una batidora de inmersión para triturar las semillas, aunque lo podrías dejar tal cual si no te importa la textura, y le añado algo más de leche vegetal si veo que está muy espeso.
Después de servirlo en cuencos individuales, cada uno decide lo que quiere añadirle. Estas son algunas de las combinaciones que más nos gustan, que por cierto funcionarían como merienda o postre también.
- Plátano y crema de cacahuete
- Plátano y crema de almendra
- Fresas y nibs de cacao
- Platano, nueces y coco rallado sin endulzar
- Arándanos y almendras fileteadas
- Mezcla de frutos del bosque
Las semillas de chía son buenas a nivel nutricional porque tienen un alto contenido en Omega 3, y cuando están trituradas también aprovechamos su fibra.
¿Has incorporado la chía en tu dieta?