Infancia sin pantallas

Hoy os escribo para relataros lo que comenzó siendo una necesidad para poder criar a mis hijos bilingües y que ha terminado convirtiéndose en una de las mejores decisiones que he tomado como madre.

Cuando nació mi primera hija en el extranjero, sentí una obsesión porque ella aprendiera hablar castellano antes de hablar inglés, la lengua del país. Sabía que cuanto más expuesta estuviese a la lengua del país menos posibilidades tenía de que se le arraigarse bien el castellano.

Quería que sus primeras palabras fuesen en castellano y pensé que podía no encender la televisión cuando ella la pudiera escuchar para que estuviese menos expuesta al inglés. Así que en vez de ver tele, escuchábamos canciones en castellano, leíamos libros en castellano, y le ponía cuentos en castellano en casa y en el coche. Esperaba que todas estas actividades enriquecerán su futuro vocabulario.

Al principio mi marido pensaba que lo mío era demasiado, una exageración, porque: “un poco de tele nunca le ha hecho daño a nadie…” Además pensaba que no encender la tele significaba que yo-o él- tendríamos que entretenerla todo el día. Pero ella fue creciendo y aprendiendo a entretenerse sola, con su imaginación y con los muchos juguetes, libros y manualidades que teníamos. Poco a poco mi marido fue viendo que no era tan difícil prescindir de la televisión, y que los niños quieren saber que estas a su lado, pero no necesitan que hagas todas las actividades con ellos.
En mi experiencia muchas veces iniciábamos una manualidad: acuarelas, plastilina etc y a mitad del proyecto yo me tenía que levantar a por uno de los peques que se acababa de levantar de la siesta, a hacer la cena o a por un vaso de agua, mi hija seguía con  su actividad, sin necesitarme a mi.

Tanto mi marido como yo nos hicimos más creativos a la hora de estar con ellos. En un dia de lluvia, por ejemplo, les ponía las botas y un chubasquero y les sacaba a jugar en los charcos. Ahora que son mayores les deja experimentar con herramientas, destornillador, metro, clavos y martillos etc.   

Con 12 años, mi hija es completamente bilingüe y la tele no le interesa. Lee muchísimo, es deportista y puede hablar de cualquier tema; Le encanta el colegio y sueña con un trabajo que requiera viajar y aprender sobre otros países y culturas.

A mis otros tres hijos, que han crecido también sin tele ni pantallas para entretenimiento diario, tampoco les interesa la tele. A mi hija de 10 años le encanta la música y el arte: todo lo que ve le inspira para crear. Toca el violín y ahora se entretiene aprendiendo a tocar el Ukulele ella sola. A mi hijo de 8 años le entusiasman los deportes, le gusta verlos en vivo y practicarlos, y lo mejor de todo es que sabe que para ser un buen deportista te tienes que cuidar, así que come de manera saludable y se acuesta pronto antes de tener un partido para poder rendir al máximo. El pequeño, de 6 años, todavía no tenemos muy claro hacia dónde tirará pero tampoco necesita la tele para pasar el rato.

Ahora mi marido me da las gracias por haberle enseñado que podíamos vivir- y tener vida- sin apenas encender la tele durante todos estos años. Agradece que nuestros hijos se entretengan solos y disfruten de nuestras conversaciones, de los juegos de mesa, de las cartas y de todas las actividades familiares. Sin duda, sin horas frente a una pantalla, nuestro día nos cunde mucho más.

Aunque ya son más mayores, seguimos sin encender la tele en el día a día. Los móviles, tablets y ordenadores los usamos como herramientas de trabajo pero no dependemos de ellos.  Algunos fines de semana vemos películas juntos y algún que otro partido de nuestros deportes preferidos. Y como os podéis imaginar, aquí no hay videojuegos. Como dice mi hijo, el mejor videojuego es estar al aire libre.


Mis hijos saben que no todas las familias tienen esta filosofía de vida, pero también es verdad que no somos los únicos que no vemos mucho la tele en casa. Supongo que en algún momento ellos se sentirán diferentes a algunos de sus compañeros cuando ellos hablan de videojuegos o personajes de series, pero ellos saben que todos somos distintos porque no hay dos familias que funcionen exactamente igual. Mis hijos son felices, tienen buenos amigos y les gusta estudiar. ¿que más se puede pedir?  

¿Alguien ha tenido un experiencia parecida?¿Cómo se utilizan los electrónicos en vuestra casa?

 

- Ruth

3 Consejos para usar menos tecnología en casa

1- No enciendas la tele durante el día, aunque no la estés viendo y solo la quieras de fondo: Si necesitas el “acompañante” pon música.

2- Ten a mano manualidades, libros y juguetes que no requieran tu atención para que tus hijos los utilicen sin que tengas que estar tu constantemente entreteniéndoles. Bloques y puzles son buenas opciones para los más pequeños.

3- Da ejemplo y pon límites a la cantidad de tiempo que pasas con tus propios electrónicos- por ejemplo no los uses durante las comidas, no los lleves a los dormitorios etc. No solo estarás más presente para tu familia, si no que estás dando ejemplo a tus hijos de el uso apropiado de la tecnología.



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