Nunca me gustó correr. Tengo recuerdos de pánico de los años en los que en mi colegio nos hacían correr 1500 m. No era tanta distancia, la verdad, pero acababa siempre doblada con flato- aunque curiosamente nunca verdaderamente cansada.
Aunque siempre he sido bastante activa- en el recreo me encantaba jugar a la comba, siempre me ha gustado caminar por la ciudad y por la montaña, y he ido a gimnasios y clases de fitness semi constantemente toda la vida- la verdad es que lo que es hacer ejercicio nunca me ha gustado hacerlo, y siempre he acabado con meses e incluyo años de interrupciones en los que no me he calzado una zapatilla.
Hace 14 años descubrí el yoga, y me encantó desde el primer día, pero no lo suficiente como para hacerlo de manera constante- o suficientemente como para que fuese un regimen de ejercicio físico.
Hace un año y medio pensando en que debería hacer más ejercicio, pero teniendo la excusa de que con dos niños pequeños es casi imposible hacerlo, me di cuenta de que correr- algo que tanto había detestado toda la vida- era el ejercicio ideal para mi: es barato, y como se puede hacer casi en cualquier sitio, no tenía que 'perder' tiempo yendo al gimnasio. Desde entonces salgo a correr dos veces por semana, y el tercer día de ejercicio lo dedico a una clase de yoga de estilo vinyasa.
¿Cómo sucedió el cambio?
Te lo cuento, pero ten en cuenta que no soy ni gurú de fitness, ni entrenadora, ni mi cuerpo es como el de las personas que se dedican a esto- esos cuerpos esculturales se consiguen con muchas más horas y kilómetros de ejercicio de lo que yo hago- pero yo no me dedico al fitness, y con mis tres días de ejercicio, y los otros de vida activa, me siento fuerte físicamente y serena mentalmente.
1- Cuando empecé a correr lo hice porque me sentía débil y quería dejar de sentirme así. Habían pasado dos años y medio desde mi último embarazo y con mis niños ya durmiendo bien, tenía algo más de energía. Necesitaba moverme.
2- Empecé a correr con un plan de los que te ayudan a ir de correr nada a hacer una carrera de 5 Km. Aunque no lo hice exactamente como lo hacía el plan, si empecé caminando y corriendo un poquito durante aproximadamente media hora tal y como sugieren los planes (C5K).
3- Cada vez que salía a correr, lo hacía con la meta de hacer una carrera benéfica 5K. Me apunté sin pensarlo mucho, y sabiendo que si no me preparaba la carrera iba a ser imposible, me iba motivando.
4- Mientras corro llevo cascos puestos y escucho podcasts que me entretienen o informan. Cuando necesito más motivación, tengo una lista de canciones que ya sean por sus letras o por su ritmo, me hacen seguir adelante.
5- No corro para perder peso, lo hago porque mi cuerpo y mi mente se fortalecen con cada zancada. Para mi esto ha sido fundamental. Antes cuando hacía ejercicio lo hacía sintiendo que tenía que hacerlo para encajar en un molde de belleza. Ahora hago ejercicio porque mi cuerpo y mi mente se fortalecen, y noto los beneficios en todos los aspectos de mi vida.
6- Hay días que no me apetece correr, pero salgo igualmente aunque sea para caminar. Siempre acabo corriendo bastante y sintiéndome fenomenal.
7- Los días que estoy de mal humor, salgo a correr para evadirme, para estar sola y quizás para enfrentarme a aquello que me está molestando- vuelvo a casa renovada.
Desde que corro he descubierto que tengo el cuerpo entero mucho más fuerte. Además mi mente está mucho más relajada- a pesar de que corro con los cascos puestos. He descubierto que los 40 -60 minutos que estoy corriendo/andando son momentos en los que estoy completamente dedicada a mi, y es una sensación que para una persona que cuida a otras, es liberadora.
Al correr dos veces por semana, hacer yoga se ha hecho necesario, no solo estiro los músculos que ejercito durante las carreras, si no que los 75 minutos de yoga me ofrecen un tipo de ejercicio completamente diferente- equilibrando mi cuerpo, y mi mente.
Espero que mi experiencia te ayude a descubrir el ejercicio físico que a ti más te va. No porque tienes que hacerlo, ni para perder peso; Ni siquiera para cuidarte, si no porque hacer ejercicio porque tienes ganas de hacerlo es simplemente increíble.
¿Te animas?