En un mundo ideal nuestros hijos comerían siempre sano; verduras, legumbres y cereales enteros serían sus comidas favoritas. La realidad, sin embargo, es que promover hábitos saludables es más fácil decir que hacer.
Estas ideas te pueden servir para que tus hijos coman saludable desde una edad temprana, sobre todo si tus hijos son aún pequeños, aunque cambiar hábitos es posible, no desesperes.
1- Da el pecho: La leche materna cambia de sabor según lo que la madre coma, así que si aún tienes bebés, o estas embaraza, considera amamantar exclusivamente hasta los 6 meses, la edad recomendada para introducir comida sólida, para que tus hijos tengan la oportunidad de probar diferentes sabores desde el principio.
2- Ofrece variedad: A todos nos pasa que hay temporadas en las que acabamos comiendo siempre lo mismo. Planea tus menús cada semana y experimenta con nuevos ingredientes y recetas para hacer comidas más interesantes. Te sorprenderán los ingredientes que atraen a los niños, colores, sabores y texturas diferentes harán tus comidas más interesantes.
3- Cocina en casa y deja que participen: Las comida preparadas o congeladas suelen tener siempre combinaciones de sabores muy parecidas, con lo que los niños no se acostumbran a sabores diferentes. Cocina en casa y deja que te ayuden, aunque te hagan un lío. Mi niño de menos de dos años me ayuda a mezclar y remover, y le encanta. A los niños más mayores les puedes encargar tareas específicas, como lavar verduras, o medir ingredientes. Dales la oportunidad de que escojan recetas y haz que te acompañen al mercado para seleccionar alimentos.
4- No des opciones: No tengas alimentos que no son saludables en casa y no dejes que cambien el menú una vez está decidido. Mi lema es: si está hecho y es rico hay que comerlo. No es cuestión de pelearse, simplemente de decir con calma y cariño que la comida que hay en la mesa es la que hay ese día. Si no la quieren, está bien, pero no pueden comer otra cosa. Si ven que lo dices en serio, y tienen hambre, acabarán comiendo.
5- Come lo mismo que tus hijos: Si a tus hijos les haces verduras salteadas mientras tu tomas galletas, tus hijos no te van a tomar en serio. Comed juntos y lo mismo, es una oportunidad para todos de comer mejor y pasar un tiempo juntos charlando y sin distracciones.
6- No dejes que piquen constantemente: Cuántas veces he visto a niños comiendo patatas al salir del cole. Es muy posible que tengan hambre y necesiten comer, sobre todo si después del cole van a otra actividad, pero si van a merendar, que sea algo sano y nutritivo. Si están a punto de cenar, mejor que no merienden y que lleguen a la mesa con hambre.
7- Paciencia: Con los niños y las comidas hay que tener paciencia. No te enfades y no te desesperes ya que lo único que conseguirás es pelearte. Ten paciencia y recuerda que no pasa nada si un niño sano se salta una comida.