Estar atentos requiere más que el que llegue septiembre, que sea la vuelta al cole, o que suene el despertador. Sin embargo una buena concentración durante las horas lectivas o de trabajo es una de las claves del éxito tanto académico como profesional.
No se trata de sacarle más horas al día, si no de utilizar las horas que tenemos de manera más eficiente. En otras palabras, estar en lo que estamos- eso que ahora llamamos mindfulness.
Y eso, ¿cómo lo conseguimos?
- Planifica tu día la noche anterior: Haz una lista de las tareas que debes completar al día siguiente, incluye citas, llamadas etc. Puedes hacerlo en familia, de manera que cada miembro sepa lo que tiene que hacer, y que los niños aprendan también a planificar.
- Fuera interrupciones: Aunque pensemos que podemos hacer varias cosas a la vez, la realidad es que hacer una cosa sin interrupciones (contestar mails, hacer la cena mientras trabajamos, tener la tele de fondo) es mucho más eficiente. Tardarás menos en realizar el trabajo, y encima lo harás mejor.
- Termina cada tarea: En la década de 1920, la psicóloga Bluma Zeigarnik se percató de que el cerebro 'olvida' las tareas terminadas, mientras que sigue recordando las no acabadas. Estas tareas que se quedan pendiente nos causan estrés. Elimina esa preocupación innecesaria terminando cada tarea y no dejándolas por hacer. Enseña a tus hijos a hacer lo mismo, para que tengan una mente más despejada.
- A la cama pronto: Un cuerpo cansado va a hacer todo de manera más lenta. Si tu y los tuyos habéis pasado un verano sin estructura, adelanta la hora de irse a la cama- adelantando también la hora de la cena para dar tiempo a digerir, y la de despertarse.
- Cero sobre estímulos: Aunque tengamos la noción de que la televisión, o un paseo por las redes sociales, al final del día nos relaja, la realidad es que es un sobre estímulo. Entre semana mis hijos no ven la tele ni usan pantallas de ningún tipo- salvo para deberes si los tienen. Antes de dormir, es mejor leer para relajarse.
- Tiempo fuera y jugando o haciendo deporte: Esto es indispensable para los niños más pequeños, los míos lo primero que hacen después del cole es subirse a la bici o patinete si hace buen día, o jugar sin ningún tipo de estructura si no. Para los mayores igual. Asegúrate de que varias veces al día, sales un rato a dar un paseo, ver la luz del sol o estirarte, e incluye deporte o ejercicio en tu vida diaria.
- Trabajar, o estudiar, de pie: Estudios recientes de la clínica Mayo y la Asociación American contra el Cáncer, dicen que pasar más tiempo de pie, en vez de más tiempo sentado, ayuda a no engordar. Al estar sentado durante mucho tiempo bajan tus niveles de insulina, y también los impulsos eléctricos de tus músculos. A lo largo del día, y de una vida, vas sumando efectos negativos, que no se resuelven con ir al gimnasio 3 veces a la semana. Según otros estudios, trabajar de pie, nos hace también más eficientes. Si aún no tienes un escritorio adaptado, puedes pasar más tiempo de pie adaptando la forma que trabajas. Puedes hacer reuniones mientras paseas, caminar- aunque sea por el salón- mientras hablas por teléfono, utilizar las escaleras en vez del ascensor siempre que puedas, o ir a la oficina o mesa de tu compañero/a en vez de enviar un mail. Inculca a los niños a que hagan lo mismo, ayudándoles a que hagan tareas que puedan hacerse de pie, de esa manera.
- Desayunos saludables: Aunque se ha desmitificado la noción de que el desayuno es la comida más importante del día, si que hay estudios que apuntan que con hambre, los niños no aprenden tan bien. Prepara desayunos saludables y que les van a dar energía que les dure hasta la hora de la comida, gachas de avena, pudding de chía, pan integral con crema de cacahuete por ejemplo, y evita cereales azucarados, galletas y lácteos con azúcar (la mayoría de los yogures de sabores, incluso los de soja). Tu y tus hijos saldréis de casa con el estómago lleno y satisfecho y con más energía para afrontar el día.
- Cambia azúcar por el descanso: En cada oficina que he trabajado- salvo en Salud Mediterránea- siempre ha habido un cuenco con caramelos. Es muy fácil usar el azúcar para dar ese 'subidón' de concentración, ya sea en forma de chuche o en forma de café azucarado. Sin embargo, esa energía sube igual de rápido que baja. Si notas que estás perdiendo energía y concentración, levántate, da un paseo y hazte una infusión para volver a retomar el trabajo unos minutos después con más concentración. En vez de darles a los niños chuches o bocadillos de dulce cuando salen del cole, opta por meriendas con proteína- como un bocadillo de crema de frutos secos y algo de fruta- para que tengan energía sin el pico innecesario de azúcar.