Con la llegada del verano es común empezar a sentir molestias en las piernas y en los pies; sensación de cansancio y pesadez, y pies hinchados y doloridos.
El calor agudiza los problemas de circulación, de ahí la importancia de prestar más atención a los cuidados diarios y evitar así que el dolor, los calambres y la sensación de adormecimiento sean demasiado fuertes.
Con estos 5 rituales que yo llevo a cabo, y comparto con nuestros clientes, consigo que mis piernas y mis pies están mucho más felices, a pesar del calor y de pasar muchas horas de pie.
1.- Baños de agua fría. Para mi es algo muy reconfortante después de una jornada de trabajo, una ruta de senderismo o paseo por la ciudad. Siempre aplico el agua todo lo fría que puedo en sentido ascendente, empezando por la planta de los pies y subiendo poco a poco por las piernas. Con esto se consigue una reactivación excelente de la circulación para mejorar la función venosa y aliviar la sensación de pesadez y de dolor.
También es maravilloso un baño de agua fría en los pies colocándolos en un barreño o cubo. Yo suelo realizar dos tipos de baños específicos para los pies durante 20 minutos: uno con sales de Epsom. Estas sales (que podéis encontrar en nuestras tiendas) al entrar en contacto con el agua liberan iones de sulfato y magnesio que son absorbidos rápidamente por la piel, lo que ayuda a reducir la inflamación, favorece la relajación. También previenen el endurecimiento de las arterias. La otra opción es añadir al agua sal gruesa marina (es importante usar sal de calidad por su riqueza en oligoelementos). Es fantástica para desinflamar los pies, aliviar el dolor y la tensión muscular acumulados.
2.- Masajes suaves relajantes y drenantes. Tras el reparador baño aprovecho para hidratar y nutrir bien la piel de mis piernas y pies con un suave masaje ascendente para seguir favoreciendo la circulación y la relajación. En este momento utilizo aceites esenciales y vegetales que añado a mi loción corporal para añadirle propiedades antiinflamatorias, descongestionantes y relajantes. Mis preferidos:
- Aceite Esencial de Jengibre (Zingiber officinale): por su efecto antiinflamatorio y descongestionante. Alivia las piernas y pies cansados y doloridos.
- Aceite Esencial de Ciprés (Cupressus sempervirens): es un potente descongestionante venoso y posee propiedades drenantes.
- Aceite Esencial de Cedro del Atlas (Cedrus atlántica): es perfecto para aliviar las piernas pesadas. Ayuda a activar la circulación.
- Aceite Esencial Menta del campo (Mentha arvensis): ejerce un efecto tónico estimulante y muy refrescante que es muy reparador en verano.
- Aceite Esencial de Romero (Rosmarinus officinalis L.): tiene un efecto relajante y reactivador.
- Aceite Vegetal de Calófilo (Calophyllum inophyllum): es el mejor aliado para la circulación, es perfecto para piernas pesadas y varices. Favorece la reactivación de la circulación.
Cuando se siente mucho dolor o molestia, las Flores de Bach, especialmente el Rescue cream, aportan un alivio casi inmediato. ¡Te animo a que lo pruebes!
En el caso de los pies es bueno realizar varias veces a la semana un masaje con una pequeña pelota de goma. Solo hay que colocar la pelota en el suelo y la planta del pie sobre ella y hacer pequeños movimientos circulares ejerciendo una pequeña presión. Ayuda a descongestionar y relajar la planta del pie.
3.- Ejercicio. El ejercicio es vital para gozar de una buena salud y cuando hablamos de reactivar la circulación y fortalecer los músculos es muy importante. Si todos los días realizamos una serie de ejercicios vamos a ver cómo en poco tiempo nuestras piernas y pies se van a sentir mucho mejor. El sedentarismo no nos ayuda en nada.
Buenos hábitos que te recomiendo:
- Caminar al menos media hora al día. Si tienes poco tiempo y vas a trabajar en transporte público siempre puedes bajarte una estación antes e ir caminando a casa o al trabajo.
- Paseos en bicicleta o en su defecto realizar bicicleta en el suelo. Para ello debes tumbarte con la espalda en el suelo, colocar las piernas en posición de 90º y empezar a realizar el movimiento de bicicleta. Este ejercicio es fantástico para activar la circulación al tiempo que mejorarás tus abdominales.
- Apertura de piernas tumbados. Es un ejercicio sencillo, tumbado con la espalda en el suelo simplemente tienes que levantar las piernas y mantenerlas rectas. Una vez en esta postura hay que abrirlas y juntarlas de forma repetitiva.
- Nadar. Es una de las mejores opciones para activar la circulación sanguínea en todo el cuerpo. En verano aprovecha al máximo tus escapadas a la piscina y a la playa.
- Camina de puntillas. Con este ejercicio conseguimos activar la circulación de las pantorrillas y de los gemelos. Además, es tan sencillo que lo puedes practicar en cualquier momento y en cualquier sitio.
- Posturas invertidas de Yoga. En estas posturas de yoga inviertes el orden natural de la gravedad, mejorando la circulación sanguínea. Simplemente elevando las piernas cambiamos el flujo de la circulación, lo que permite que se descompriman zonas en las que tiende a acumularse la sangre, como son los tobillos. La postura de La Vela o Sarvangasana es una de mis posturas invertidas preferidas que practico todos los días, de hecho, es conocida como “la reina de las asanas”. En ella los pies quedan por encima de la cabeza, estimulando el sistema hormonal, linfático y circulatorio.
4.- Alimentación. La alimentación es la base de todo. Hay que aprovechar las virtudes de determinados alimentos y nutrientes para nuestras venas. En mi dieta nunca faltan:
- Omega 3. Este ácido graso esencial mejora la fluidez de la sangre y aporta flexibilidad a los vasos sanguíneos. Una dieta rica en omega 3 mejora la circulación. En mi caso aprovecho toda la riqueza en omega 3 de la chía, el aguacate, las nueces, el aceite de lino…
- Flavonoides. Son grandes protectores de los vasos sanguíneos, tonifican la pared venosa y se pegan al tejido conjuntivo que sostiene las venas y las protegen. Además, son un potente antioxidante. Unas de las fuentes excelentes de flavonoides en verano son la sandía o una refrescante limonada casera. No te olvides tampoco de añadir a tus recetas ajo y cebolla y de tomar cereales como el trigo sarraceno, rico en rutina que en sinergia con la vitamina C protege la pared de los vasos y capilares.
- Más hidratación. Una muy buena hidratación con agua de calidad mejora el tono venoso. Es importante que el agua se tome a temperatura ambiente También es muy bueno preparar infusiones de plantas como romero, milenrama o hibisco o zumos y batidos de frutas y hojas verdes. Si no has probado la mezcla de mango con espinacas, te animo a que lo hagas porque es deliciosa.
5.- Cuidado de la ropa, del calzado y del descanso. Para mejorar la salud de las piernas y pies hay que prestar atención a la ropa y zapatos que llevamos, no es algo baladí. Las prendas apretadas y los tejidos gruesos y no transpirables impiden la capacidad de retorno de la sangre, lo que agrava la sensación de pesadez y molestia. Por otro lado, llevar calzado de tallas no adecuadas, excesivamente planos o con tacón, no es nada aconsejable. Siempre hay que primar la confortabilidad a la estética o modas. También recomiendo utilizar plantillas de micromasaje (como las de Leco que tenemos en nuestras tiendas), que favorecen la circulación y proporcionan un alivio inmediato. Siempre que puedas, aprovecha tu descanso para colocar las piernas por encima del corazón. Puedes utilizar un cojín, un elevador de piernas o si tienes una cama articulable, eleva la parte de las extremidades inferiores. Esta acción activa la circulación de la sangre y reduce la hinchazón.
Espero que estos consejos te sean útiles para mejorar la salud de tus piernas y pies. ¡Feliz verano!