Se que desayunar batidos- o smoothies- está de moda, pero yo no puedo hacerlo. No porque no me gusten, o porque no me parezcan saludables, si no porque normalmente están demasiado fríos.
Yo prefiero empezar el día con un desayuno caliente, o por lo menos que no esté frío, estas son algunos de mi trucos para poder hacerlo todas las mañanas, incluso entre semana.
- Empiezo el día tomándome un vaso de agua, pero no fría, si no del tiempo. Como tomo agua filtrada que sale muy fría, lleno mi vaso y lo dejo reposando un buen rato antes de tomarlo.
- Bebida caliente: Tomo una infusión, un café o un caldo de miso todos los días. Hacer el caldo de miso es muy fácil, nada más caliento agua, sin que llegue a hervir, y la vierto en una taza con una cucharada de miso rojo. El caldo de miso no solo calienta el cuerpo, también apoya al sistema digestivo con pre y probióticos. Sienta fenomenal.
- Pudding the chía y avena de noche: me gusta hacer estos dos desayunos por la noche porque hacen que las mañanas sean más pausadas, para quitarles el frío de la nevera donde reposan durante horas, las hago un poco más secas de lo que dice la receta, y vierto leche caliente sobre el pudding una vez servido, lo mezclo bien antes de añadirle fruta, semillas, crema de almendras etc. Aquí tienes la receta para el pudding de chía.
- Avena rápida o porridge: no tengo microondas, pero en una olla se tarda en hacer la avena unos 5 minutos. La hago a ojo con agua, copos de avena, y una pizca de sal, y la termino con un poquito de leche vegetal para darle cremosidad sin que quede pastosa, y lo que a cada uno le apetezca añadir. Semillas de cáñamo, nibs de cacao, y crema de almendras son algunas opciones.
- Batidos: Los batidos son muy socorridos, pero casi siempre fríos. Puedes hacerlos utilizando fruta fresca, en vez de congelada, utilizar agua caliente en vez de agua o leche fría, para licuar la fruta, y/o añadir especias que calientan el cuerpo, como el jengibre.
- Compota de frutas: Aunque la compota me gusta hacerla y tenerla lista para varios días guardada en la nevera, calentarla es muy fácil. Nada más tienes que añadir un poquito de agua en un cazo y ponerla a fuego lento, cubierta durante unos minutos, removiendo un par de veces para que se caliente por todas partes. Una vez caliente puedes ponerla sobre avena, pan tostado, yogurt...
¿Te gusta desayunar frío o caliente?