Según la Organización Mundial de la Salud, todo insecto u otro animal que normalmente sea portador de un agente infeccioso que constituya un riesgo para la salud pública es un vector. Las garrapatas, pulgas y otros parásitos actúan como vectores de enfermedades infecciosas.
Las enfermedades transmitidas por vectores parasitarios en humanos son muy infrecuentes, aunque pueden suceder y suelen ser difíciles de diagnosticar cuando aparecen.