Después de muchos meses en tierra, muchos de nosotros estamos volviendo a subirnos a un avión para viajar por trabajo o por placer.
Yo he tenido la suerte de volver a viajar- para visitar a familia que hacía casi dos años que no veía- y como llevo haciendo desde hace muchos años, me he llevado comida de casa para el viaje.
En el trayecto que he hecho, bastante largo, servían comida- no solo tentempiés- pero mi respuesta cuando pasan los asistentes de vuelo ha sido la de siempre "no gracias" porque nunca me gustó la comida del avión, y casi peor aún, nunca me sentó bien.
No dudo que la comida del avión esté pensada por profesionales, pero yo personalmente prefiero no comerla, y desde que llevo rechazándola, llego a mi destino más ligera, sin gases ni hinchazón, y sin sensación de deshidratación.
Pero entonces, ¿qué llevas en el avión para comer?
- Si tu destino es nacional, realmente lo que quieras, puesto que no tendrás que declarar nada, aunque por reglamentos de seguridad no puedes llevar líquidos.
- Si tu destino es internacional, un poco lo mismo, aunque sí deberás de comer o tirar carne, verduras y fruta fresca que lleves contigo antes de desembarcar para prevenir introducir pestes en el país de destino.
¿Qué me llevo yo?
- Frutos secos, mejor si no son salados. Los viajes me dejan siempre deshidratada, y añadir un montón de sal, sólo empeora la situación. Almendras tostadas sin salar son mis favoritas.
- Fruta fresca entera: Manzanas y peras lavadas y guardadas en una bolsita son mi elección- les pongo un poco de zumo de limón para que no se oxiden- aunque también he llevado melocotones. Si es verano puedes cortar sandía y llevarla en un contenedor reutilizable que te sirva también para la vuelta a casa.
- Para los niños llevo bocadillos pequeños con crema de almendra y mermelada, o queso, aunque yo prefiero no tomar pan si voy a estar sentada todo el día porque me hace sentir hinchada.
- Un dulce, como chocolate negro, que sea fácil de tomar y que satisfaga.
- Galletas y barritas, por si acaso; los aviones se retrasan, y a veces los transbordos se hacen eternos. Tener algo más de comer, como barritas o unas galletas a mano (caseras si es posible, o con ingredientes saludables si no) pueden hacer que el tiempo pase más amenamente, o por lo menos sin añadir hambre a una situación difícil, y no tengas que tirar de lo que vendan en el aeropuerto.
- Además siempre llevo una botella de agua reutilizable vacía, que lleno una vez paso por seguridad, servilletas de papel o tela según el destino final, toallitas de bebé por si necesito limpiarme o a mis hijos, y una bolsa de plástico por si tengo basura.
- Podría llevar una ensalada o una comida más contundente, pero la verdad es que cuando viajo nunca tengo mucha hambre. Para viajes que empiezan muy pronto por la mañana, a veces he llevado gachas de avena "overnight" que hago en tazas de papel compostable, y que mis hijos toman en el aeropuerto antes de pasar por seguridad.
Por regla general evito llevar alimentos que tengan un olor fuerte como plátanos, atún o chorizo (yo no como embutidos, pero es lo primero que se me viene a la cabeza), o alimentos que sean difíciles de comer en un avión, por ejemplo mango, que aunque esté cortado es bastante pringoso. Además intento evitar llevar cacahuetes o derivados, porque mucha gente tiene alergias graves.
Estos consejos también son válidos para trayectos en autobús, coche o tren.
¿Qué te llevas para comer cuando viajas?