Soy una persona creativa, y lo he sido y sabido siempre. Lo que no siempre he sabido, es que la creatividad no es algo que pueda dejar de lado, y que para mi, ejercerla es realmente una forma de autocuidado. Cuando no ejerzo esta creatividad mis días son mucho más difíciles.
Me encanta que en los últimos años se está dando importancia al autocuidado, es una parte importante de nuestras vidas. Lo que no me gusta tanto es que a veces siento que el auto cuidado se identifica solo como las horas que pasas haciendo gimnasia, o con una mascarilla nutritiva en la cara.
El autocuidado, en realidad, es cualquier cosa que te haga sentir bien, que te recuerde que a pesar del lío que haya fuera, y a pesar de las vidas tan ajetreadas que llevamos todos, hay espacio para nuestro ser más real.
El autocuidado, además, puede tener formas muy diferentes. Un día, puede ser un acto tan sencillo y necesario, como pasar un rato más en el baño cortándonos las uñas sin prisa; o algo más complicado como restaurar un mueble antiguo.
Esto, precisamente, es lo que estoy haciendo yo en estos días, y me he dado cuenta de que a pesar de ser una persona intelectual, trabajar con mis manos es, al final, una de las actividades que más me relajan.
Por supuesto no hay que buscarse un mueble para restaurar para trabajar con las manos y ejercer esa creatividad. El simple hecho de elaborar una comida con mimo, es un acto de creatividad, como lo es también bordar, pintar, colorear etc.
Espero que tu también hayas encontrado formas de cuidarte, aunque no sea del modo que se ve en redes y revistas. Cuidarse tiene muchas formas, ya sabes, y me encantaría que me contases cómo ejerces tu el autocuidado.